Casa Amatller: La Casa Amatller fue remodelada por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch entre 1898 y 1900. La casa ya existía, era un edificio construido en 1875 por el maestro Antoni Robert y conocido como Casa Martorell. Edificio de tres plantas de estilo neoclásico propio del Plan Cerdà. Antoni Amatller compró el edificio en 1898 y pidió a Puig que lo remodelara. Puig i Cadafalch intervino específicamente en la reforma de la fachada, la planta principal, el vestíbulo, los espacios comunes (escalera de vecinos y patio de luces) y el estudio fotográfico en el frontón de la casa. La fuerte personalidad del propietario y sus propios intereses se reflejan en el trabajo del arquitecto.

Palau Baró de Quadras: En 1900, el barón de Quadras encargó a Josep Puig i Cadafalch la rehabilitación de una manzana en la calle Rosselló. El arquitecto transformó completamente el edificio, entre 1902 y 1903, dotándolo de dos fachadas diferenciadas que lo hacen especialmente interesante. Desde la avenida Diagonal, el edificio recuerda a los palacios del norte de Europa, con un intrincado estilo neoplateresco tallado que resalta el carácter noble del edificio. La fachada de la calle Rosselló conserva algunos elementos del edificio original, decorados en estilo modernista, con elementos del «Sezessionsstil Vienés».

Casa Macaya: Romà Macaya compró los terrenos del Paseo San Juan en 1899 y encargó al arquitecto Josep Puig i Cadafalch un nuevo edificio que consta de planta baja, dos plantas superiores y dos torres.

La fachada destaca por su color blanco, casi llamativo, si lo comparamos con otros ejemplos del mismo arquitecto. El esgrafiado blanco del taller de Joan Paradís, realizado con la técnica del estuco planchado, muestra unos diseños que recuerdan a las bobinas, ornamentación que se añadía a las prendas de algodón para embellecerlas. Entrando por la planta baja de este edificio, vemos una gran zona de entrada con el carruaje y unas pequeñas aceras a los lados. Los arcos que dividen el espacio en diferentes áreas más pequeñas presentan una decoración sencilla obtenida con el juego del material de construcción, los ladrillos. Los colores de este espacio son el rosa de los ladrillos, aunque decorados, y el blanco del esgrafiado que continúa en la parte del vestíbulo de la planta baja.

Casa Martí – Els 4 Gats: La Casa Martí fue construida en 1896 en la calle Montsió de Barcelona bajo la dirección del arquitecto Puig i Cadafalch. El edificio parece un castillo medieval, su fachada está inspirada en el gótico europeo y decorada con los elementos ornamentales característicos del art nouveau o modernismo catalán.

En la planta baja, un cartel diseñado por Pablo Picasso nos invita a entrar en el café-restaurante «Els quatre gats», que se encuentra en el emplazamiento del original café, posada y círculo literario fundado por Pere Romeu, Santiago Rusiñol y Ramón Cases. Permaneció activo hasta 1903, y durante estos años, intelectuales de la nueva Barcelona bohemia y modernista asistieron a espectáculos y conciertos, y celebraron allí encuentros literarios. El joven Picasso frecuentaba el bar y era el primer lugar para exponer sus dibujos. «Els quatre gats» fue la puerta de Barcelona a los nuevos gustos artísticos que llegaron del norte de Europa, y de Francia en particular, al estilo del café parisino Le Chat Noir.

Casa Terrades: Las hermanas Terradas eran propietarias de tres edificios situados entre la avenida Diagonal, la calle Rosselló y la calle Bruc. Josep Puig i Cadafalch fue el encargado de reurbanizar los edificios y unirlos en un solo lugar detrás de una gran fachada de ladrillo. Su proyecto, finalizado en 1905, dando como resultado una imponente estructura triangular que se eleva como un gran castillo medieval con cuatro torres, una en cada esquina. El apodo, «Casa de les Punxes», proviene de los techos cónicos, que terminan en una espiga.

El exterior deleita a cualquiera que vaya a verlo más de cerca. El ladrillo de la fachada se funde con el hierro forjado de los balcones, diseñado por Manuel Ballarín, los relieves escultóricos de estilo neogótico de Alfons Juyol y las vidrieras de Eduard Amigó. Los paneles cerámicos que superan la fachada hacen referencia a los símbolos patrios de Cataluña. Otro ejemplo del nacionalismo que a menudo impregna el «modernismo» catalán.

Fabrica Casaramona: La fábrica fue encargada por el industrial Casimir Casaramona, pionero en el uso de la energía eléctrica en las fábricas, a Josep Puig i Cadafalch. El diseño de la fábrica es el resultado de una brillante combinación de criterios estéticos y funcionales. De estilo totalmente modernista, construida en el tradicional maón con acabados en hierro forjado, la construcción se inspiró en una visión romántica de un castillo medieval. Además, el edificio fue pionero en medidas de prevención de incendios (su antigua fábrica, en el Raval, fue destruida por el fuego) y se convirtió en un referente en términos de seguridad y condiciones de trabajo para los trabajadores.