Palau de la Música Catalana: Lluís Domènech i Montaner (Barcelona, 1850-1923) en poco menos de tres años, de 1905 a 1908. Esta sala de conciertos de Barcelona, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Fue construido por encargo del Orfeó Català y encargado al arquitecto y político Domènech i Montaner. Su equipo de asociados incluía a algunos de los artistas más destacados de la época, como Pau Gargallo y Eusebi Arnau, que crearon las esculturas, Antoni Rigalt, que realizó los vitrales, Lluís Bru, que diseñó los mosaicos, y Miquel Blai, que esculpió el grupo escultórico La Cançó (Canción), en la esquina del edificio.

Casa Martí – «Els 4 gats»: El edificio, con su exterior de estilo medieval, nos invita a adentrarnos en su acogedor interior que fue el lugar de encuentro de los intelectuales de la Barcelona modernista, a finales del siglo XIX, como los casos de Picasso, Santiago Rusiñol y Ramón Casas. La Casa Martí fue construida en 1896 en la calle Montsió de Barcelona bajo la dirección del arquitecto Puig i Cadafalch. El edificio parece un castillo medieval, su fachada está inspirada en el gótico europeo y decorada con los elementos ornamentales característicos del art nouveau o modernismo catalán. Podemos ver hermosos vitrales, la forja meticulosamente trabajada, las esculturas de Eusebi Arnau en forma de capiteles narrativos, e incluso hay una figura de San Jorge en la esquina.

Casa Lleó Morera: En 1905, diseñada por el genial arquitecto Lluís Domènech i Montaner, la Casa Lleó Morera se encuentra en la esquina sur de una cuadra del eixample conocida como «manzana de la discordia», donde también se encuentran la Casa Amatller, de Puig i Cadafalch, y la Casa Batlló, de Antoni Gaudí. Hoy en día, todo el mundo está de acuerdo en que es esta disparidad, la que hace que sea de los principales hitos del Modernismo en Barcelona.

Casa Amatller : Este impresionante edificio, la Casa Amatller 1898 para reformar el edificio de Puig i Cadafalch, contemporáneo de Gaudí, que combina el estilo neogótico con una fachada estriada inspirada en las casas de los Países Bajos, trabajó con algunos de los mejores artistas y artesanos de la Barcelona de los tiempos modernos, encabezados por los escultores Eusebi Arnau y Alfons Jujol.

Casa Batlló: El arquitecto Antoni Gaudí emprendió una reforma radical de un edificio del Passeig de Gràcia de Barcelona que data de 1875 para crear una de sus obras más atrevidas. El esfuerzo imaginativo de Gaudí fue clave para el desarrollo del proyecto, así como el trabajo decorativo de los artesanos que colaboraron con él entre 1904 y 1906. 

Casa Milà – «La Pedrera»: Es la culminación de la trayectoria de Antoni Gaudí, concebido como un edificio modernista adaptado a las nuevas necesidades sociales, sin olvidar su principal fuente de inspiración: la naturaleza y las formas orgánicas. Construida entre 1906 y 1912, la Casa Milà ocupa toda una esquina del Passeig de Gràcia en el Eixample de Barcelona. Las formas curvas y sinuosas son los principales elementos dentro y fuera de La Pedrera. La fachada de la Casa Milà se asemeja al mar en movimiento, las olas interactuando con los motivos de algas marinas en las barandillas de los balcones de hierro forjado.

Palau Montaner: Justo al lado del Passeig de Gràcia, en la esquina de la calle Mallorca y Roger de Llúria, se encuentra una de las pocas mansiones que quedan en el Eixample. Un mosaico en la parte superior de la fachada lleva la fecha de finalización, 1893, rodeado de motivos ornamentales y simbólicos que dan una idea de los suntuosos elementos decorativos del interior. El edificio es la sede del Gobierno de España en Barcelona desde 1980.

Casa Thomas: Es un ejemplo del más puro estilo modernista, muy decorativo, que se ajusta perfectamente a las fachadas de los edificios de esta parte del Eixample barcelonés. A pesar de las modificaciones posteriores, refleja las características de su diseñador: Lluís Domènech i Montaner. La fachada neogótica, el uso de tonos azulados en los elementos decorativos marcadamente florales, y las figuras de reptiles en el vestíbulo principal que llevan el sello del arquitecto.

Casa Terradas – «Casa de les Punxes»: Un «gran castillo gótico» en medio de la avenida Diagonal de Barcelona llama la atención de cualquier visitante de la ciudad. Josep Puig i Cadafalch fue el encargado de reurbanizar los edificios y unirlos en un solo lugar detrás de una gran fachada de ladrillo. Su proyecto, finalizado en 1905, dio como resultado una imponente estructura triangular que se eleva como un gran castillo medieval con cuatro torres, una en cada esquina. El apodo, «Casa de les Punxes», proviene de los techos cónicos, que terminan en una espiga.

 Palau Baró de Quadras: Por un lado, un palacio neogótico y, por otro, un conjunto residencial «modernista», el Palau Baró de Quadras es una caja de chocolate llena de imaginación que cambia según el lado desde el que se mire. En 1900, el barón de Quadras encargó a Josep Puig i Cadafalch la rehabilitación de una manzana de la calle Rosselló. El arquitecto transformó completamente el edificio, entre 1902 y 1903, dotándolo de dos fachadas diferenciadas que lo hacen especialmente interesante. Visto desde la avenida Diagonal, el edificio recuerda a los palacios del norte de Europa y la fachada de la calle Rosselló, conserva algunos elementos del edificio original, decorados en estilo «modernista», con elementos del «Sezessionsstil vienés».

Casa comalat: Como un homenaje a Gaudí, la Casa Comalat contiene muchos elementos de la arquitectura de Gaudí, y es uno de los ejemplos más originales del art nouveau casero de Barcelona: el modernismo.

El arquitecto Salvador Valeri i Pupurull trabajó en la Casa Comalat de 1909 a 1911, con una clara influencia de las formas orgánicas de Gaudí. De la fase final de la era «modernista», se trata de un edificio de gran originalidad compuesto por dos fachadas con un elemento común: la curva gaudiniana.

Sant Pau Recinte Modernista (opcional): El Complejo Modernista de Sant Pau fue construido entre 1905 y 1930 y diseñado por Lluís Domènech i Montaner como ciudad jardín para la atención de los enfermos. Tras un siglo de uso como hospital público, sus pabellones recién reformados vuelven a brillar con todo su esplendor. Una visita a este conjunto arquitectónico excepcional es una experiencia única.

A finales del siglo XIX, el antiguo Hospital de la Santa Creu, en el barrio del Raval de Barcelona, necesitaba ser reubicado porque se había quedado obsoleto y demasiado pequeño. El resultado fue un ambicioso proyecto inspirado en los grandes avances en salud e higiene de la época. Se trata del complejo art-nouveau más importante de Europa y un icono entre el deslumbrante conjunto de puntos de referencia de Barcelona que encarna el espíritu innovador de la ciudad. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

La visita a este magnífico complejo permite adentrarse en la historia, el arte y el presente. Mientras pasea, admire los hermosos exteriores del edificio. Cúpulas, cubiertas, fachadas, esculturas y vidrieras son los elementos más destacados. También se puede entrar en el Pabellón de Sant Rafael y ver su interior tal y como fue diseñado a principios del siglo XX. Además, se pueden tomar los túneles subterráneos que comunican los diferentes edificios y visitar los espacios patrimoniales más representativos del Pabellón de la Administración.